sábado, 19 de diciembre de 2015

Porque te quiero te aporreo

     Solía tener unos rizos definidos Pantene Pro V cuidados intensivos envidiables. Solía. El amor profundo que lleva a mis familiares y amigos a compartir mi máxima felicidad, se llevó mi preciada cabellera.

     Después de años de postergación, finalicé mi educación en la casa de altos estudios de ingeniería de la ciudad.
     
     Llegado el día, el momento exacto en que todo termina, existe una costumbre de festejo, una tradición, difícil de explicar. Difícil de rastrear su origen. Difícil de encontrarle una lógica.

     Perdón, tiene una lógica, solo que no es lógica. Es decir, el amor que te tienen es directamente proporcional al esmero invertido en la preparación de la mezcla apestosa a verter en ti.

     Lo planean por días, por semanas. Analizan decenas de posibilidades para estar a la altura de la situación. Lo meditan. Lo comparan. Se asesoran. Hacen cálculos. Lo dejan fermentar. TODO por amor.

"Te quiero tanto, que romperé este huevo podrido con toda mi fuerza sobre tu cabeza." 
"Mi aprecio por ti es tan grande que cortaré tu pelo de la manera más deforme que mi creatividad me lo permita ."
"Estoy tan inmensamente feliz de que alcances tu objetivo, que derramaré todos los desperdicios malolientes de la semana sobre tu cuerpo."
"Porque te amo, si, porque te amo, es que traje este balde de caca."
"Hoy estoy aquí para compartir tu tan anhelado sueño cumplido, cortaré toda tu ropa de forma graciosa y sugerente." 
"Si llenar las orejas de espuma, la cara de harina y los huevos de brillantina, no es amor, entonces ¿qué es el amor?."

     En el mejor de los casos, cuando el afecto de quienes te acompañan es tal, que consideras a tu familia como tus amigos y a tus amigos como tu familia, seguramente no termine ahí, no. Ahora, sucio, con mal olor, cuasi pelado y con la mitad de la ropa, es momento de mostrarle a la ciudad la obra de arte que generaron sobre vos. 

     Te subirán a algún vehículo descubierto para mayor visibilidad y te pasearán por avenidas, tocando bocinas, prendiendo luces y despabilando a aquellos transeúntes que osen no prestar atención. Claramente, al ser extraños y no tener ningún tipo de cariño especial por ti, nada apestoso te será arrojado, solo te sonreirán, aplaudirán, saludarán con entusiasmo y brindaran a la distancia.

     El fin de la tradición, que lamentablemente llega, es en el lugar mas bonito de la ciudad, la playa. Mucho espacio para correrte, mucha arena para hacerte masticar, mucha agua para arrojarte y todos bien predispuestos a seguir sonriendo, queriéndote y alegrándose por tus méritos.

     Lo mejor de todo esto, es que te hace realmente feliz, hace a la perfección del día, a lo inolvidable del suceso. Lo agradeces infinitamente, con lágrimas de emoción en los ojos y una cerveza en alto. 
¡Salud!
Marquitos recibiéndose


Dedicado a todos aquellos que me acompañaron de cualquier manera durante este particular camino. A ellos, les debo lo que hoy soy.

sábado, 5 de diciembre de 2015

La guerra del manco

     No, no hablo de él. No estoy por politizar mi blog. Hablo de mí. Como siempre.

     Por segunda vez en mi vida, mi mano izquierda sufre temporariamente las consecuencias de la falta de sinapsis entre mis neuronas. Esta vez mas cercano a la desgracia que la primera. Pero los llamados 'boludos' desbordamos de suerte, por lo que puedo considerar que esto se convertirá en una anécdota ¿graciosa? mas.

     Lo que no es gracioso, es la lucha diaria del manco. Uso mis dos manos para mas cosas de las que soy consciente. 

     Después de varios días, quienes me rodean también lo notan. Y no solo porque mientras ellos comen asado yo me hago el vegetariano y me pido pastas para ocultar mi imposibilidad de usar tenedor y cuchillo a la vez. No, lo notan en el ambiente.

     Si te acercas desde mi izquierda, llegas sonriendo y preguntas donde compré tan rico perfume. Ahora, si te acercas desde mi derecha, descubrís que con una sola mano nunca llegarías a pasarte jabón en las dos axilas. Imposible. Como chuparse el codo. No se puede. Inténtenlo y traten de no llorar por mi. De todos modos, algunos dicen que antes del accidente también apestaba, solo que ahora conseguí una buena justificación.

     No todo es tan terrible, son tan solo algunos días de sacrificios. Sacrificios extraños, pero necesarios. Como resignarme a no comer mermelada porque no puedo abrir el frasco. Amontonar la mugre con la escoba en un rincón que no se vea hasta que pueda agarrar la pala a la vez. Parecer 'canchero' constantemente por tener una mano en el bolsillo ocultando los dos centímetros de uñas que no puedo cortar. Llenarme la cara de mocos por tratar de sonarme la nariz con una sola mano. No se imaginan lo difícil que es. 

     Y quizás el peor de todos, demorar 15 minutos en enjuagar mi cabeza cuando me baño. De todas las batallas que lucha un manco, tener que poner el shampoo en la cabeza directamente, sin poder medir antes en la mano la cantidad, debe ser la peor. 

     Por suerte, el mundo está lleno de ilustrados, de lumbreras, que en su afán de asistir a tu recuperación, participan con el préstamo de una bella y moderna venda de neoprene marca adidas, para que cuando te encuentres en una fiesta, en la que tu mano sana sostenga un vaso de fresca cerveza, y comience a picarte el culo, leas el optimista eslogan de la marca: "Impossible is nothing".



sábado, 28 de noviembre de 2015

Mamushka

     Camino a terapia, en realidad, no tan camino. La verdad es que no llegué a salir de mi casa. Como cada vez que voy a iniciar cualquier actividad, antes, debo pasar por la heladera para comprobar que sigue tan vacía como la dejé la última vez.

     Algunos osan llamarme "vueltero". Vueltero es un perro persiguiendo su cola, es mi amiga eligiendo que ponerse, es el borracho del barrio que se cree perinola, da un par de giros, grita 'toman todos' y vacía su cartón de vino Toro.

     Yo no soy vueltero, soy constante. Constantemente hago cosas sin sentido ni razón aparente que me distraen del objetivo que tenía. Así, tareas que deberían ocuparme pocos minutos, están pendientes desde mis 15 años. Como madurar, por ejemplo.

     Heladera. No esquivemos el tema. Pensar en la heladera y en los tres años de ausencia, generan una combinación por demás interesante. Siempre odié tirar la comida. Y hago bien, porque en esta oportunidad me permitió corroborar uno de los misterios mas misteriosos de la misteriosidad. La creación de la vida.

      Crear vida es tan sencillo como dejar una fuente pequeña con algo de comida durante un par de meses en la heladera. A la gente común puede sucederle. Al cabo de un tiempo, se encontrarán con algo lleno de hongitos vivientes de colores.

     ¿Que pasaría si no hablamos de gente común? ¿Si en lugar de unos meses hablamos de tres años?. Te cuento. Lo que encontrás se pudrió tanto, y evolucionó tanto, que llegas a dilucidar pequeñas personitas, con sus propias  pequeñas casas, que contienen sus pequeñas heladeras, en donde también olvidaron sus pequeñas fuentes con comida por meses. Todo es tan claro. ¡Mamushka!. El universo es una gran Mamushka de fuentes olvidadas. 

     Es innegable, Dios existe, pero ya no como quien todo lo ve y lo protege, al contrario, somos su fuente olvidada en la heladera.

     ¿Ahora quien me niega que la historia de Noe no trata de Dios lavando la fuente? 

sábado, 21 de noviembre de 2015

Tiempo de volver III

... Anteriormente, en otros capítulos de Tiempo de volver:
(...)
Si ya los leíste, sabés que pasa. Si no los leíste, andá a leerlos.



  • Conocí el amor de mi vida y no me animé a pedirle el teléfono.
  • Volví a conocer el amor de mi vida pero iba por la vereda de en frente.
  • Conocí una vez mas el amor de mi vida, pero yo no era el suyo.
  • Insulté al que dijo que el tren pasa una sola vez.
  • Estuve en las principales capitales de Sudamérica. Tengo una remera de 'I love [inserte nombre de ciudad aquí]' de cada una y la uso dentro del pantalón.
  • Dejé de entender lo que significan 'distancia' y 'frontera'. Pero empecé a entender las palabras 'extrañar', 'límite de descubierto' y 'saldo de VISA insuficiente'.  
  • Me anoté en una beca y la gané. No la cobré porque todavía no me recibí.
  • Firmé una petición para que se realice el plebiscito por la independencia catalana. Ahora me siento con derecho a usar boina y barba.
  • Hice pan casero decenas de veces. Ninguna convidé.
Pausa.


Rebobinemos.


No me recibí. Cuando me preguntan ¿por qué?, respondo: no tuve tiempo. Tiempo. Claramente, si leemos toda la lista anterior, es evidente que no es problema de tiempos sino de prioridades. Escribir apesta. Pido sinceras disculpas a todos aquellos a los cuales durante estos años les mentí descarada e inconscientemente.


Continuamos.

  • Aprendí sobre mecánica. Mi profesora de inglés tenía razón cuando decía que la ingeniería consistía en ajustar tornillos.
  • Dormí en una suite presidencial. No, no fue trabajando de acompañante.
  • Entré con alpargatas a un casino. Nadie se atrevió a echarme.
  • Estuve en la catedral Neogótica mas grande de Sudamérica. Está rodeada de la mayor cantidad de indigentes en Sudamérica.
  • Perdoné a los que usan riñonera.
  • Acepté mi pérdida de pelo. Devolvé mi dinero Veterini.  
  • Me bañé en el mediterráneo. Sigo sin entender la canción de Serrat.
  • Estuve por primera vez en una gran nevada. Hacer angelitos en el piso no es tan fácil ni feliz como muestran en las películas. 
  • Recorrí parte de la ruta 66 de EEUU escuchando a Pappo. Envidien.
  • Sufrí por primera vez un terremoto.
  • Estuve en una ciudad con un volcán en erupción.
  • Me compré un charango en Bolivia. No lo toco porque me da pena el quirquincho que dio su vida para convertirse en música.
  • Subí hasta la cima de 5 montañas. En ninguna tuve señal de celular. Si algún día se pierden, no busquen un punto alto para comunicarse, el cine miente.
  • Perseguí el final de un arco iris. Después decidí dejar las drogas.
  • Fui tío por primera vez.
  • Intercambié todos los futuros buenos remates de mis post por 5 habichuelas mágicas.
    Una psicóloga me interrumpe mientras escribo. Aparentemente, incluir con igual importancia en una lista de hitos, tanto que 'hice pan', como que viajé al fin del mundo y que fui tío, indica que tengo algunos desordenes mentales que curar, ¡que novedad!. Me voy a terapia, quizás otro día les cuente como me fue.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Tiempo de volver II

... Previously on Salida de Emergencia:
M: ¡Oh! ¡No comprendo el tiempo! ¡Soy muy limitado!
(...)
M: ¡Mira, un reloj con calendario!... ¡Aléjate de mi Satanás!
(...)
M: He encontrado una buena excusa para enumerar las cosas que estuve haciendo todo este tiempo. ¡Bien por mi!



  •      En tres años de ausencia tuve tres trabajos formales distintos y dos informales. Ninguno era mi vocación.
  •      Crucé la cordillera de los andes 2 veces y otras dos llegué hasta la mitad.
  •      Pisé la mitad del mundo en el paralelo 0° y pude repartir un pedo en los dos hemisferios a la vez.
  •      Volé en avión por primera vez y por segunda y por tercera y por decimonovena y por noventaiseisava.
  •      Estuve solo en otro país y extrañé a mamá.
    Cordillera de los Andes
  •     Aprendí palabras en catalán, en portugués, en indonesio, en japonés, en francés, en rumano y hasta en español. Ninguna me ayudó a conseguir novia.
  •      Me enamoré y me desenamoré, me enamoré y me desenamoré, me enamoré y me desenamoré, me… bueno, se entiende.
  •      Probé recetas autóctonas de distintas culturas. Luego cagué fuego.
  •      Fui a por lo menos 20 recitales. Ninguno de ellos es de Arjona. Al menos uno lo esperaba por muchos años con ansias.
  •      Formé parte de una orquesta y toqué de invitado con una banda. En cada una de las actuaciones me perdí y tuve que improvisar. Si, se notó, pero la amistad es sorda. Me retiré antes de poner a prueba que tan sorda.
  •      Me compré mi primer Smartphone. Clavé el visto. Actualicé Android sin saber qué significa eso. Y entregué mi alma sin saberlo por no leer y aceptar mil acuerdos de privacidad y permisos para bajarme las aplicaciones que quería.
    Paralelo 0°
  •      Me borraron de Facebook y lo superé.
  •      Compré mi primer auto y no lo lavo. Pero limpio las cacas de paloma que caen en las manijas.
  •      Me mudé solo. No, mentira, todo el resto de mi familia se mudó y me dejaron solo con el perro.
  •      Conocí la estatua de Cristo más grande del mundo. Está en Bolivia (¡en tu cara Río de Janeiro!). Me saqué una selfie y ahora soy mejor persona.
  •      Estuve en el edificio más alto de Sudamérica pero no subí hasta arriba porque no encontré la puerta.
  •      Participé de un rodeo americano, saludé cowboys y les grité: ¡aguanten los gauchos! Cowboy maricón. ¡Usá botas de hombre! Después corrí.
  •      Crucé el atlántico por primera vez, y por segunda y por tercera. En las tres me quedé dormido y no vi nada.
  •      Conocí la obra maestra de Gaudí. No la terminó. Después dicen que yo no soy constante. Él se dedicaba a eso y prefirió morirse a terminarlo.
    @marquitosciro
  •      Entré a la cancha del Barça y no conocí a Messi. Pero me saqué una foto con su gigantografía. Y toqué una réplica de su botín de oro a pesar de que decía “no tocar”.
  •      Comí pescado de río a la parrilla por primera vez. Se me atascó una espina en la garganta por primera vez. Escupí a un gerente sin querer por primera vez.
  •      Descargué el ‘preguntados’ al celular y solo le ganaba a algunos pocos. Después descubrí que los otros buscaban las respuestas en google muy rápido.
  •      Jugué Candy Crush y no lo terminé porque soy malísimo.
  •     Participé de cientos de partidos de fútbol. En todos le pegué a alguien (sin querer), en casi todos me hicieron un caño y en ninguno pateé bien de zurda.
(continuará...) 

(si, hay mas, mucho mas...)

sábado, 7 de noviembre de 2015

Tiempo de volver

    ¿Cómo explicar 3 años de ausencia sin caer en la vieja y conocida “fui abducido por Aliens”?. Sencillo. Me quedé dormido. Literalmente me quedé dormido centenares de veces. Me quedé dormido en un colectivo, en un avión, en un auto, en una sala de espera, en un sillón, en una hamaca, en una silla, en una mesa, en una cucha, en el piso, en una cama. Me quedé dormido viéndote a los ojos, abrazándote, escribiéndote, puteando y extrañando. Me quedé dormido en mi casa, en el banco, en la oficina, en un consultorio, en la panadería, en tu casa, en la casa de él y en la de ella. ¡Qué lindo que es dormir! Es indiscutible. Y al que piensa distinto lo arreglamos después de la siesta.

    En síntesis, ¿Por qué digo que me quedé dormido? De cada uno de mis días, al menos un tercio, ocho horas, básicamente lo dormí. Entonces, en estos tres años de ausencia, al menos uno completo y quizás mas, estuve durmiendo. Dormir encabeza el top 3 de mis actividades desde que no tienen novedades de mí. Suena a desperdicio ¿no?. No.

relojes re locos
    Tres años sugieren mucho tiempo, pero yo siempre tuve problemas para entender realmente cuanto significa una medida de tiempo. En mi mente, Michael Jackson murió hace dos años, mi abuela todavía tiene 64 y el medio sándwich de matambre que duerme en la heladera todavía se puede comer porque no lleva tantos meses ahí. Soy de los que usan la expresión “el otro día” sin importar si fue la semana pasada, hace dos años o cuando nació Mirtha Legrand. De los que preguntan “cuántos años tienes” por compromiso, porque el número no me significa absolutamente nada sin acompañarlo de que hiciste durante esa cantidad de años. Para mi, “llego en 5 minutos”, “ya salgo”, “en estos días nos vemos”, “le quedan 3 meses de vida”, son simples formas de hablar, expresiones carentes de literalidad.
 
   No pretendo dejar una huella en el mundo, no me creo lo suficientemente importante y sinceramente prefiero dormir, pero sí busco conocer y vivir las huellas de todos los demás. Y de eso se trató este último tiempo. Así, me puse a cuantificar estos tres años con todo lo que había hecho y lo que no.

(Continuará…) 

sábado, 31 de octubre de 2015

Pequeña gran reinauguración


Se viene...

Algo se está gestando...

Muy pronto...

7 de noviembre de 2015. Tres años de ausencias. Una nueva oportunidad...

Se siente cerca...



Podría volver antes, pero estoy muy ocupado en las redes sociales haciendo futurología al país, odiando e insultando gente que no conozco y piensa distinto...

De todos modos, ya que estoy por acá, les dejo algo en lo que estuve pensando:

"No va a existir paz hasta que todos y cada uno aceptemos que la 'verdad' no existe. En realidad no hace falta que sean todos, con que seamos mayoría ya podemos cagar a palos al resto."