domingo, 19 de septiembre de 2010

Fluorescencia

     Nuevamente una clase facultativa se convierte en mi musa inspiradora. La combinación perfecta de un tema imposible de entender, un sótano que funciona como aula y un profesor que intenta utilizar analogías filosóficas para explicar circuitos electrónicos, me llevó una vez mas a ver un poco mas allá. Una leve relajación del cuerpo y mi cabeza ya estaba orientada para ver el techo. Además de las manchas de humedad, en el techo solo hay fluorescentes y caños. Podría haberme puesto a buscar caras de famosos en las manchas de humedad, pero esta vez lo que me llamo la atención fueron los tubos fluorescentes.
     Son realmente increíbles, misteriosos. Tanta magia en un simple tubo de vidrio. Me quedé ahí, viéndolo, intentando descubrir lo que escondía. ¿Acaso alguien noto que si se lo ve fijo unos segundos, el tubo pierde sus tres dimensiones y se ve completamente plano?. La duda esta en que no se si, se VE plano, o se VUELVE plano, es decir, ¿cambia su forma?, ¿como saberlo?, cuando le pregunté al compañero de al lado si lo veía plano, al verlo fijo, también lo vio plano. Así podríamos haber sumado al aula entera a nuestro delirio sin que nadie sepa si todos lo vemos plano, o realmente se volvió plano.
     Luego de darme cuenta que no podía resolver esa duda, intenté revelar otro de sus misterios, ¿Como un simple tubo de vidrio puede brillar e iluminar de esa manera?. Algunos mentirosos tratan de convencernos de algo así como que el tubo esta lleno de gas de mercurio, sus electrones colisionan entre si y el fósforo que recubre internamente el vidrio brilla, no se, nunca entregué mi tiempo a esas falacias y cuentos de hadas. La única solución era observarlo. Observarlo y analizarlo. Pero claramente el tubo intentaba confundirme para que no descubra la verdad, o quizás me mostraba la verdad y mi desconfianza evito que la asimile. Todo es tan confuso. Por momentos se podían dilucidar una gran cantidad de luciérnagas encerradas dentro, pero era una solución muy simple para tan maravilloso objeto. Luego de unos instantes de concentración pude distinguir que la luz no provenía del tubo sino que reflejaba luz ajena, del mismo modo que lo hace la luna, pero esa luz tampoco sé de donde venía, quizás del fluorescente de al lado, y ese del de al lado y este último del fluorescente del pasillo, a su vez el del pasillo del de la escalera, y así sucesivamente hasta el de la puerta de entrada, que refleja la luz del sol. El sol reflejaría la luz de un sol mucho mas grande y lejano, y por fin este último sol, si  tendría una luciérnaga gigante en su interior.
     Una vez satisfecha mi necesidad de comprender el misterio de su luminosidad tuve una última revelación. Su intensidad no era constante. Variaba al parecer siguiendo un patrón. Al instante supe que el tubo quería decirme algo, pero, ¿como entender el idioma fluorecentístico?. La solución, mas observación. No mucho tiempo después pude comprender una especie de código morse en el tiempo de la variación de intensidad de la luz. Rápido tome el portaminas, el cuaderno, y empecé a escribir letra por letra lo que el tubo tenia para decirme: largo... "T" ... corto... "E"... corto corto corto largo... "V"... corto largo... "A" ... corto corto corto... "S"... así, casi que lo iba comprendiendo, continué traduciendo sus tiempos de intensidad... corto corto largo corto [...] ... el mensaje estaba clarísimo como su propia luz, luego de varios minutos de observar y observar y observar el tubo fluorescente, se entendió a la perfección lo que quería decir:
"TE VAS A QUEDAR CIEGO"

domingo, 12 de septiembre de 2010

Te tocó crecer

     De los cientos de mails que recibo semanalmente a causa del blog, mas del 60% en algún momento mencionan el hecho de la poca relación que hay entre mi apodo y mi edad. Marquitos. ¿Porque Marquitos?. No es mi culpa, sépalo. Es culpa de la sociedad y de los que me conocen personalmente a los cuales simplemente les sale decirme así. Será mi niño interior tan a flor de piel. Será mi aspecto joven. Será mi proceder inocente. ¿Quien sabe?.
     La cuestión es que tanto cuestionamiento me llevó a reconocer esos detalles en la vida que nos muestran que ya nos tocó crecer, que ya no somos niños. Detalles que podemos, como no, acatar.
  • La encarta ya no nos es suficiente a la hora de requerir información.
  • Hay pelo donde antes no había y falta pelo donde creímos que iba a haber toda la vida.
  • Conocemos el significado de la palabra vergüenza.
  • El toallón deja de alcanzar para taparnos como una capa y empezamos a tapar lo primordial.
  • Papá Noel pasa de ser un gordito simpáticon que trae regalos, a un gordo capitalista que me obliga a regalar.
  • Un día ya nos bañamos solos.
  • La bicicleta deja de ser diversión para ser transporte.
  • Bailar saltando deja de funcionar.
  • Comer en la falda de mamá empieza a ser mal visto.
  • El peluquero deja de ser divertido y pasar dibujos animados.
  • Ya no entramos en la sillita del changuito de supermercado. (Verificado)
  • Mamá deja de comprarnos calzoncillos. (no, mentira, nunca deja de hacerlo)
  • [Hay muchos mas, pero acabo de descubrir con desagrado que me pasé del día sábado sin notarlo así que debo terminar.]
  • Comienzan a existir los horarios, aunque muchos sigan siendo niños en este aspecto.
     ¿Que quiere decir esto? ¿Que ahora que note tantas pautas voy a dejar de ser Marquitos? No, no confundan. Ser lo que se es, es un orgullo y para seguir siendo quien se es, es importante conocer y entender que no se es, y así, seguir sin serlo.