jueves, 31 de diciembre de 2009

Cuestión de valentía

Casi terminando el año viví un día que podría decirse revelador. Siempre supe presentarles la importancia de saber aprovechar las oportunidades y esta vez lo viví en carne propia.

Salí esta mañana a una entrevista laboral sin ser conciente del gran esfuerzo que me exigiría la vida, sin siquiera percatar que estaba a punto de pasar por pruebas que requerían de verdadero valor.

A pocas cuadras de mi casa, me dispongo a cruzar la calle pero el brillo de una imponente Honda Dax junto con dos casi perfectas rubias montándola me inhibe. La pequeña moto se detiene en la esquina. Paso junto a ellas retraído mientras la conductora se quita su casco liberando su extensa cabellera seguramente lavada con Pantene Pro-V liso y sedoso... pero cinco pasos delante pienso: no puedo dejar pasar la oportunidad. Me vuelvo y lleno de valor le digo: ¡que hermosura! ¿Que modelo es? ¿La compraste en Mar del Plata? Porque hace tiempo busco una, pero las Honda son caras.
Pasada la corta conversación seguí caminando con la frente en alto sorprendido de mi maravillosa demostración de valentía.


Nuevamente un suceso inesperado se presenta ante mí. A unos 4,345 metros un sujeto de pequeña estatura se encuentra resistiendo a lo que parece ser un asalto. Veo movimientos bruscos tanto del asaltante como del asaltado. Me estremezco. Mis sentidos se agudizan y por un momento pienso en escapar tan rápido como puedo. Pero un segundo de sensatez me dice que no puedo dejar la situación como si no la hubiese visto. Estoy ahí. Tengo que actuar. En tres largas zancadas llegué hasta el lugar y al grito de: ¡Tranquilo que yo te lo sostengo!. Tomé por detrás sus brazos, mientras el asaltante lo golpeaba y le sacaba sus pertenencias. De chico siempre me enseñaron que debía ayudar a los que menos tienen, nunca había sabido como.

El día me demostraba que había aprendido la lección, había aprendido a aprovechar las oportunidades, a reaccionar con valentía cuando se lo requiere.

Al llegar a mi destino me informan a la entrada que la entrevista consistía en explicar porque consideraba tener el valor para trabajar en ese lugar. Hice memoria y descubrí casi emocionado que vivir en Argentina es tener valor. Y pasé a detallar:
*) Valor tuve cuando me lo cruce a Maradona y le dije: ¡Hey vos! si, si, vos, el petizo gordito. ¿Sabes? Yo NO la tengo adentro. (con cara de superioridad)
*) Quién me niega que no tuve valor cuando aposté a que Banfield salía campeón al principio del campeonato. (No tiene nada que ver con que no tengo idea de futbol y las apuestas pagaban mucho más por Banfield)
*) ¡¡Valor!! Siii tengo valor al salir a la calle sabiendo que Ricky Fort y Zulma Lobato andan sueltos por la ciudad de Mar del Plata.
*) Tengo valor por soportar que ya no este con nosotros Mercedes Sosa.
*) Si yo no soy valiente por haber salido a la calle sin barbijo y usar alcohol en gel solo cuando mamá me retaba... entonces nadie lo es.
*) Como no voy a ser valiente! Si resistí cada fin de semana los resúmenes de la televisión con sus: ¡los odio a toodooos! Y ¿que te pasa clariinn?¿estas nervioso?
*) ¡¡¡Tener valor es publicar lo que estoy escribiendo en internet y encima avisar a los conocidos que lo estoy publicando!!!

En fin, el trabajo lo obtuve, el año que viene voy a estar en la segunda temporada de “Valientes”. Voy a ser el cuarto hermano de Gonzalo Heredia, Luciano Castro y Mariano Martinez. ¡Si soy igual!.