jueves, 26 de abril de 2012

Revolucionario II


     Todos tenemos lugares de encuentro con quienes compartimos ideas, formas de vida, gustos comunes. Aglomeraciones de sujetos se presentan en cada uno según su personalidad. De ahí surgió mi nueva duda.

¿Donde puedo encontrar a los revolucionarios?

     Decidido a responderme comencé a navegar por la vida en busca de indicios de presencia de revolución. Centros de estudiantes, plazas, centros culturales, ferias de artesanos, muros, foros, www.revolucionariosconinternet.com
     Con el tiempo adquirí un método rápido para una primera preselección y ahorro de tiempo que consistía en contar la gente sentada en el piso y la cantidad de sillas/bancos libres. Así una simple ecuación nos daba la respuesta:

Si GENTE EN EL PISO > SILLAS VACIAS => REVOLUCIONARIOS
Si GENTE EN EL PISO < SILLAS VACIAS => NO REVOLUCIONARIOS

     Si, aunque sea difícil de creer, el NO uso del mobiliario cotidiano representa uno de los principales métodos de repudio al sistema.

     Un segundo método de preselección que utilizaba cuando al lugar que llegaba no había una cantidad de personas suficientes para aplicar la ecuación anterior, se basaba en reconocer los lugares que a simple vista demostraban NO conocer los conceptos: revoque de pared, soportes, tornillos, cable canal; y conocer a la perfección los conceptos: afiches, cinta aisladora, alambre.

     Mis métodos solían dejar dudas hasta cierto momento donde comencé a notar la presencia de simpáticos carteles (emblemáticos diría yo) similares a señales de transito que rezaban: “Disculpe las molestias, estamos construyendo una revolución”
    Inmediatamente se generaba en mi mente la imagen del grandioso Che que fusil al hombro se presenta ante el antiguo presidente cubano diciendo:

CHE: - Disculpe señor presidente, ¿Me permitiría usted por favor su gobierno, para hacer algunos pequeños y a mi entender necesarios cambios? –
PRESIDENTE: - ¿Como no?, sírvase usted.-     

Lo lindo de la revolución es que hoy en día, está al alcance de todos.

miércoles, 18 de abril de 2012

Revolucionario

     Andaba con ganas de volver a escribir, pero visto y considerando el gran periodo de ausencia, el retorno no podía pasar desapercibido, debía ser épico, debía ser revolucionario.
     Revolucionario, la palabra siguió resonando en mi cabeza sin pausa.
     ¿De que debe hablar un texto para ser revolucionario?
     Básicamente, no importa, solo debemos asegurarnos de incluir las palabras: imperio, lucha, identidad, derecho; y ya será considerado revolucionario.
    Si además queremos reafirmarlo o extenderlo para quienes no saben leer, incluimos una imagen de un puño en alto.
     Así, podemos por ejemplo escribir:
"Harto de que el imperio opresor vulnere y pisotee el derecho a la identidad"
     Y obtendremos cientos de "me gusta", aplausos, adhesiones y hasta alguna lágrima de emoción, sin siquiera suponer que nos estamos refiriendo a que McDonald se niega a ponerle el prefijo Mc al nombre de su nueva hamburguesa.
     Podríamos también escribir:
"Luchemos contra la tiranía del imperio rústico y mediocre que nos lastima y nos arrebata la paz de nuestros momentos mas sagrados"
     Haciendo referencia a lo áspero del papel higiénico y lo que duele al limpiarse.
     Y así, comencé a escribir mis textos revolucionarios.