Historias de Ventana

Si, tengo la suerte de vivir a pocos metros de los segundos bares marplatenses mas populares y de yapa que la ventana de mi habitacion de a la calle y sea un atractivo espacio de descanso y esparcimiento para quien sus piernas ya no responden por la concentración de alcohol, quien decide disfrutar de los placeres de un recién adquirido porro, o simplemente de quien pasa por la vereda.

Así, el plan canje nacional llega a mi, intercambiando un placentero descansar por una historia de ventana.

ENTENDIMIENTO

Muchacha: [Con efecto doppler] - ... No, ¡si vos me emborrachaste a propósito! –
Muchacho: - Para, sentate acá un cachito –
Yo: [Para mis adentros] – Nooo, ¡¡Por Dios!! ¡¡A otro lado!! –
(Mientras se escucha la presión de alguien empujando la persiana como si se sentase)
Muchacha: - No quiero sentarme –
Muchacho: - Hablemos tranquilos, no quiero pelear mas –
Muchacha: - ¡Pero si vos me emborrachaste! –
Muchacho: [Alejándose] – ¡Ah! ¡Te vas a la puta que te pario! –
Muchacha: [También Alejándose] - ¡Para! No me dejes, ¡no se si fuiste vos! –


VEJIGA

(...)
Niño extraño: - ¡Si!, cuando esta solo en la habitación se tira unos pedos –
(Luego de una pausa)
Niño extraño: - ¿Cuando sos más grande te crece la vejiga? –
Joven extraño: - Si, a algunos si y a otros no –
Niño extraño: - ¡Ah!, ¿por eso algunos mean mas tiempo? –
Joven extraño: - Claro, algunos están como media hora meando, bueno, no tanto –
Niño extraño: - ¿20 minutos? –
Joven extraño: - Si, mas o menos –
Niño extraño: - Yo ya terminé –
Joven extraño: - Yo también, pero porque tenemos vejigas chicas nosotros –
Yo: [Para mis adentros] – Tengo el presentimiento que mañana cuando me levante la vereda va a tener un olor especial –