Todos tenemos lugares de encuentro con
quienes compartimos ideas, formas de vida, gustos comunes. Aglomeraciones de
sujetos se presentan en cada uno según su personalidad. De ahí surgió mi nueva duda.
¿Donde puedo encontrar a los
revolucionarios?
Decidido a responderme comencé a navegar
por la vida en busca de indicios de presencia de revolución. Centros de
estudiantes, plazas, centros culturales, ferias de artesanos, muros, foros, www.revolucionariosconinternet.com
Con el tiempo adquirí un método rápido
para una primera preselección y ahorro de tiempo que consistía en contar la
gente sentada en el piso y la cantidad de sillas/bancos libres. Así una simple
ecuación nos daba la respuesta:
Si GENTE EN EL PISO > SILLAS VACIAS
=> REVOLUCIONARIOS
Si GENTE EN EL PISO < SILLAS VACIAS
=> NO REVOLUCIONARIOS
Si, aunque sea difícil de creer, el NO
uso del mobiliario cotidiano representa uno de los principales métodos de
repudio al sistema.
Un segundo método de preselección que
utilizaba cuando al lugar que llegaba no había una cantidad de personas
suficientes para aplicar la ecuación anterior, se basaba en reconocer los
lugares que a simple vista demostraban NO conocer los conceptos: revoque de
pared, soportes, tornillos, cable canal; y conocer a la perfección los
conceptos: afiches, cinta aisladora, alambre.
Mis métodos solían dejar dudas hasta
cierto momento donde comencé a notar la presencia de simpáticos carteles
(emblemáticos diría yo) similares a señales de transito que rezaban: “Disculpe
las molestias, estamos construyendo una revolución”
Inmediatamente se generaba en mi mente la
imagen del grandioso Che que fusil al hombro se presenta ante el
antiguo presidente cubano diciendo:
CHE: - Disculpe señor presidente, ¿Me
permitiría usted por favor su gobierno, para hacer
algunos pequeños y a mi entender necesarios cambios? –
PRESIDENTE: - ¿Como no?, sírvase
usted.-
Lo lindo de la revolución es que hoy en
día, está al alcance de todos.