Es muy fácil encasillar a las personas. Medirlas con un molde de personalidad y así poder clasificarlas en el estante o cajón que corresponda. Hoy les voy a presentar una de las colecciones de moldes más populares.
Las personas, principalmente los jóvenes estudiantes (a los cuales nos vamos a dedicar en este paper profesional), pueden ser clasificadas según su cartuchera. Si, su cartuchera. Ese recipiente de tamaño pequeño que contiene los útiles de librería y otros elementos de diversos orígenes que nada tienen que ver con el estudio o el propósito para el cual se creó la cartuchera.
El principal agente clasificador es el tipo. Este es el agente que demuestra que no existe el universitario normal. Nadie tiene una cartuchera normal, a pesar de que todos creen tenerla. Lo mas común son las cartucheras tipo sobre, indicador alevoso de una importante falta de personalidad al querer evitar distinguirse mediante su cartuchera. El motivo principal es un alto grado de reemplazo de creatividad por horas televisivas. Algunas son mas altas que otras lo que indica un claro trauma con el largo de sus dedos, una cartuchera alta disimula la desagradable longitud a la hora de buscar algo dentro. Una cartuchera baja muestra la inutilidad de sus dedos al poder buscar algo en otro tipo de cartucheras y un maltrato violento de pequeño por parte de su tortuga.
Están también aquellos que jamás cambiaron su vieja cartuchera de segundo grado, esa de dos y hasta tres pisos cubiertas con plástico transparente y dibujos de los power rangers, o sailor moon y elásticos dentro para que los útiles no anden sueltos. Que se puede decir de estos sujetos. No se distingue donde terminan ellos y comienza la falda de su madre. Podría escribir horas sobre su abundancia de ñoñez, capacidad psicópata reprimida y su ausencia de vida social, pero es más divertido tirarles tizasos y pegarle papeles. Y no les gustan los simpsons.
En el fin de la escala están los que usan cartuchera de lata. Justamente, tipos latosos. Increíble falta de autoestima y necesidad de afecto y atención. Probablemente a causa de ser espiados toda su vida por un polaco ciego. ¿Puede ser que siempre se les caiga la cartuchera en el preciso momento en que logras concentrarte en el parcial? Intentan disimularlo con un sonrojamiento, pero no, todos sabemos que lo hacen intencionalmente porque disfrutan de la sinfonía de 15 minutos que se crea al golpear las partes de su cartuchera contra todo lo que hay entre el metro de distancia que hay entre la tabla de sus silla y el piso.
Mas allá de todos, están aquellos que no quieren tener clasificación, estos son los peores. No usan cartuchera. Llevan solo lo que creen precisar suelto, en un bolsillo, dentro de una carpeta, donde puedan. Improvisados, gente de la más egoísta que pretende usar a sus compañeros que si llevan sus cosas, en caso de necesitar algo que no llevaron. Seguramente abandonados de pequeños bajo el banco de una plaza solo con una manta y un lápiz sin punta.
Esta es la primer etapa de los moldes. Seguramente fueron sorprendidos y en este momento están pensando en sus cartucheras para autoanalizarse, no se asusten. Lo normal no existe.